sábado, 24 de marzo de 2012
Sesión 1: Tarea 1 UN DÍA DE MI LAPICERO MORADO
Hola, yo soy el lapicero morado de Norka. Soy su favorito, de hecho, porque soy de un color rebelde, distinto de los comunes y aburridos azul, rojo o negro. Soy delgado y mi tinta nunca se derrama, además mi diseño es muy juvenil. Vengo de la familia Trilux032, pero casi nunca digo mi apellido.
Normalmente mi día empieza dentro de una cartuchera junto a mis coloridos hermanos, a un borrador y a un lápiz. Todos somos muy amigos menos el lápiz, quien se para quejando por el hecho de que Norka lo usa tanto que lo taja a cada rato, y poco a poco esta convirtiendo en un lápiz enano. Mis hermanos son de 4 colores: verde, celeste, rosado y naranja. Los lapiceros azul, negro y rojo son los más viejos, los sabios, que conocen prácticamente todas las cosas que Norka ha escrito, pero que no están ni enterados de lo que dice su diario, pues para escribir allí ella sólo nos elige a celeste o a mí.
Al llegar a la universidad, mi dueña abre su cartuchera y me saca para utilizarme y hacer algunos apuntes importantes en la clase. A su cuaderno le gusta mucho que mis hermanos o yo escribamos sobre él porque dice que siente que le damos buenos masajes. Yo creo que esta un poco fuera de sí, y tengo razón ya que el pobre tiene escritos tantos problemas de matemática básica que debe estar muy estresado. Cuando Norka comete algún error ortográfico, utiliza su corrector, o como yo lo llamo "liquid" y este velozmente soluciona el problema. Es un gran amigo mio, lo cierto es que hacemos una buena dupla en la redacción de nuestra dueña.
Las horas pasan y mientras vamos de clase en clase, ella cambia de lapicero para que yo descanse por un rato y luego me vuelve a utilizar. A veces mis amigos me preguntan que pasará cuando mi tinta se acabe y Norka no pueda utilizarme más, pero yo no me preocupo porque sé que su papá trabaja en un laboratorio dónde hacen lapiceros y una vez escuché que él podría recargarme de tinta. Una donación de sangre morada.
Cuando sus clases ya terminaron, todos volvemos a la cartuchera y a la mochila, regresamos a casa y desde ahí permanecemos dentro hasta que Norka termine de almorzar y descansar para comenzar a hacer sus tareas o asignaciones. Al final de esto, casi todos estamos exhaustos, pero yo recobro fuerzas porque llega mi parte favorita del día: el repaso de inglés. Antes, para practicar el idioma, mi dueña leía el último libro de Harry Potter en versión inglesa, pero desde hace algún tiempo viene practicando su escritura y soy yo el privilegiado quien redacta todas sus oraciones. Es increíble.
Ya caída la noche, hasta mi dueña está cansada, pero no tanto como para dejar de escribir en su diario algunos planes que tiene para los días siguientes o algo gracioso que le paso durante el día. Es por eso que yo soy uno de los últimos en volver a la cartuchera, pero muy contento porque al fin podré dormir junto a mi familia y amigos, no sin antes escuchar las quejas de lápiz que prácticamente perdió medio centímetro más.
Y así, mi largo pero muy productivo día, termina. ¡Hasta mañana!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)